Tras solucionarse el bloqueo del Canal de Suez, todavía falta hacerse cargo de la crisis del comercio global que ha provocado.
El pasado 23 de marzo, el buque mercante Ever Given, propiedad de la empresa taiwanesa Evergreen Marine, quedó encallado durante su ruta desde China hacia los Países Bajos y provocó el bloqueo del Canal de Suez. El portacontenedores, del tamaño del Empire State de Nueva York, y lo estrecho del canal complicaron considerablemente las labores de rescate hasta el punto de tardar casi una semana en desbloquearlo, el 29 de marzo para ser exactos.
El bloqueo del Canal de Suez, el cual es considerado un “choke point” o punto de estrangulamiento por la cantidad de tráfico marítimo que tiene, provocó que el transporte de las distintas mercancías de todo el mundo se viese afectado, ya que el 80% de ese transporte se hacen por mar, generando de esta forma un gran impacto económico.

El bloqueo del Canal de Suez supone retener el 12% del comercio mundial, el 20% de los contenedores, el 8% del gas natural licuado y el 10% del petróleo que es transportado por mar. Cada día que se paralizó el tráfico ocasionado por el bloqueo, se retenían mercancías por un valor de unos 9.600 millones de dólares, entre las que se suelen encontrar desde alimentos, textiles o muebles, hasta piezas de automóviles.
Más de 420 barcos se vieron afectados por el bloque del Canal de Suez, que poco a poco fueron transitando por la vía marítima más importante del mundo, aunque todavía hay decenas a la espera de poder cruzarlo.
Algunos analistas creen que el bloqueo del Canal de Suez ha generado pérdidas de entre 6 y 10 millones de dólares al día, y al propio canal de hasta 15 millones de dólares diarios por los peajes que dejó de recibir.