
En las grandes ciudades, los alquileres de pisos o una habitación se ha convertido en un quebradero de cabeza. Por un lado, los precios están desorbitados debido a la alta demanda y la poca oferta. Pero, además, se suman la lista interminable de requisitos que solicitan los caseros a los posibles arrendatarios. Todo esto lleva a que encontrar piso en Madrid, Barcelona o Valencia sea muy complicado, sobre todo, para los estudiantes que se mudan para cursar sus estudios universitarios.

En Madrid, los precios de los alquileres de pisos con una sola habitación en un piso compartido empiezan a partir de los 500 euros de media. Un precio que es desorbitado para un estudiante universitario, porque hace falta pensar que necesitan también pagar aparte los servicios de agua, luz, gas y wifi. Hay que sumar a su vez el coste de vivir en una ciudad como Madrid. Todo lleva a que, al mes, la cantidad de expensas sube a prácticamente casi los 700 euros o más. Y solamente estás alquilando una habitación, pues alquilar un piso el precio medio es de 1.200 para arriba. Por ello, cada vez hay más ciudades y pueblos que ofrecen ayudas para el alquiler.
Esto no ocurre solo en Madrid, en Barcelona o Valencia la situación es similar. Para solucionar el problema, los expertos señalan que deberían de ofertarse al menos casi un millón de nuevas viviendas en el próximo año para abastecer la demanda. Porque, al no haber casi ofertas, pero si mucha gente buscando piso, hace que el precio se vea afectado por una inflación. Entonces, los precios no se equiparan a lo que se está ofertando en realidad.
Idealista es uno de los portales inmobiliarios que ha mostrado esta tendencia de aumento de precios en los alquileres. Según el estudio que han realizado, el precio de los alquileres ha aumentado un 3,1% en mayo de 2022 en España. Tanto que España entra dentro de los países donde la media por metro cuadrado es alta, 11,20€.
Sin embargo, el alza de los precios no es el único problema para alquilar, los requisitos a pasar son el otro inconveniente. Realizar entrevistas a los candidatos se ha convertido en una práctica a llevar a cabo para descartar a gente. Y, en estas entrevistas se preguntan todo tipo de datos personales, que algunos son aceptables pero otros no tanto. Como preguntar por su estado civil, renta anual de los padres, hábito de fiesta, si se cuidan, etc.
Preguntas que algunas son inconstitucionales, porque es información irrelevante a la hora de alquilarle el piso a una persona. Más luego, a veces hay que lidiar con requisitos como los siguientes: “Abstenerse gente que teletrabaje”, “Se requiere contrato indefinido con nómina de 2.100 euros”, “Es indispensable tener más de 35 años”, “Reserva de 200 euros para garantizar prioridad”, “Vida laboral activa demostrable durante los dos últimos años”, “Ingresos anuales de 25.000 euros”, “Señal en efectivo”, “Fianza, garantía, depósito, mes en curso y honorarios a la agencia más IVA”. Se ha llegado al punto donde el límite se ha sobrepasado, en vez de alquilar un piso para un año o más, parece que se esté pidiendo un crédito en el banco o comprando la vivienda.