La copa del Mundial de Qatar 2022 fue alzada por Messi el pasado domingo 18, y la celebración del Mundial de la albiceleste no tiene fin. Por fin, Messi conseguía el único trofeo que aún no tenía en su vitrina, la copa del mundo. El pronóstico del FIFA 23 se ha cumplido, Messi le dio a su afición, su país, Argentina, la tercera estrella. Desde el momento que Montiel marcó el último penalti, poniendo el 4-2 en la tanda, la celebración de Argentina parece no cesar. Todo un país celebrando el título mundial y alabando a su nuevo astro argentino Messi y el resto de la plantilla.

Argentina no empezó con buen pie el Mundial, con derrota ante Arabia Saudí que encendía todas las alarmas. Sin embargo, han acabado la competición colgándose la medalla de oro al cuello ante una afición que confiaban en ellos. Una final peleada entre Francia y Argentina, un partido para enmarcar por la tensión vivida en el estadio de Lusail, donde Francia remontó hasta conseguir llegar a la tanda de penaltis. Mbappé marcó un hat trick para mantener a los galos en la lucha, aún así, su espectacular partido no fue suficiente para conseguir su segundo mundial y el tercero para la selección francesa.
Un penalti temprano a Di María pitado por el árbitro y marcado por Messi abrió el marcador, algunos siguen cuestionando sí fue o no penalti. Pero ya no cambiará nada, ni las demás jugadas que despertaron polémica, como la cesión en el minuto 88 que no se pito o las faltas que el VAR no remarco al árbitro. Al final, Argentina volvió a jugarse un partido a penaltis y salió ganando, siendo el Dibu el claro héroe de la tanda al parar el penalti de Coman. También ayudó que Tchouameni fallase el tercer penalti, y ningún jugador argentino fallase desde los 11 metros.
Recibimiento y la celebración por el Mundial de la afición argentina en la capital
La copa ya está en Argentina, y el país sudamericano a partir de ahora llevará tres estrellas encima del escudo. Hacía 36 años que la albiceleste no alzaba una copa mundial, esa racha de sequía ya se ha acabado. Por este motivo, y por la pasión con la que viven el fútbol los argentinos, la celebración por la victoria no parece tener fin. Un país parado, euforia aún entre los jugadores que se reencuentran con sus familias, y un héroe nacional, Lionel Messi.
Argentina se ha olvidado de su situación, solo importa el mundial por estos días y la estampa son las calles abarrotadas de personas festejando. La vuelta a casa de los jugadores ha sido por todo lo alto, tanto que los jugadores para llegar al Obelisco para celebrar el triunfo han tenido que sobrevolar en helicóptero las calles de Buenos Aires. El autobús no podía avanzar entre la marea de gente que rodeaba a sus campeones. Un país que ahora llora de alegría porque son campeones del mundo.